Contexto histórico

Un poco de historia

A partir del siglo IX en la vertiente sur de los Pirineos el territorio se organiza en condados dependientes del reino franco, dentro de la Marca Hispánica. Durante el siglo X los condados catalanes irán desvinculándose progresivamente del Imperio Carolingio hasta conseguir la independencia política y religiosa.

La Vall de Boí formaba parte de uno de estos condados: el de Pallars – Ribagorça, adscrito a la casa de Tolosa hasta finales del s. IX. Con la independencia del condado se inicia un complejo proceso de control político y religioso del territorio que acaba con la división del condado originario en tres nuevos condados independientes- Ribagorça, Pallars Jussà y Pallars Sobirà- y con la creación de una nueva diócesis: el obispado de Roda.

La Vall de Boí se encuentra en medio de este proceso. En la primera división territorial había permanecido dentro del territorio de la Ribagorça, pero, a partir del 1064, pasa a formar parte del Pallars Jussà, y durante buena parte del s. XI se ve inmersa en las luchas condales entre los dos Pallars.

Paralelamente, a mediados del s. s. X, las parroquias del valle que, originariamente, Un poco de història eran del obispado de Urgell pasan a depender del obispado de Roda. La creación de esta nueva diócesis inició un período de disputas entre los dos obispados. La Vall de Boí también está en medio de este conflicto tal como lo demuestra el acta de consagración que Ramon Guillem, obispo de Roda Barbastro, hace pintar en una columna de Sant Climent de Taüll el año 1123 como muestra de control del territorio.

Pocos años después, en 1140, se firmó la concordia entre los dos obispados. La mayoría de las parroquias de la Vall de Boí se adscriben al obispado de Urgell, únicamente la Assumpció de Cóll continúa dependiendo de Roda Barbastro.

Junto a todo este proceso de reestructuración territorial se va configurando un nuevo orden social: el feudalismo. Los campesinos pierden su libertad y quedan ligados a la tierra bajo el dominio de los señores feudales que se benefician de las luchas condales y del proceso de feudalización aumentando sus posesiones y poder.

En la Vall de Boí estos señores son los Erill, desde Erillcastell, su lugar de origen, inician a finales del XI una rápida ascensión social, participando en las campañas de repoblamiento y de reconquista bajo las ordenes de Alfonso el Batallador, rey de Aragón.

Nos encontramos a principios del s. XII, justo antes de la consagración de Sant Climent y Santa Maria de Taüll. Los señores de Erill utilizan los recursos obtenidos de los botines de guerra para promover la construcción de las iglesias de la Vall de Boí, una manera de mostrar su poder y de adquirir prestigio social.

El día a día

Los diferentes pueblos de la Vall de Boí aparecen documentados desde el s.XI. Estos núcleos de población estaban formados por agrupaciones de familias de campesinos, que generalmente se establecían en lugares elevados y soleados para facilitar la defensa y el mayor aprovechamiento de las tierras propias y comunales, así como el acceso a les pastos de alta montaña y los bosques.

Las viviendas eran estructuras sencillas, con un fuego, a menudo constituidas por un solo espacio compartido por las personas y los animales. Si se disponía de un segundo piso, se utilizaba para dormir, guardar alimentos y forraje.

La vida cotidiana se organizaba según la luz del sol, siguiendo la concepción cíclica del tiempo. Los trabajos y las fiestas se adecuaban al calendario agrícola. Gran parte de la dieta básica estaba formada de cereales, vino y manzanas.

Los protagonistas

Ramon Guillem, el obispo

Originario del sur de Francia, fue prior de Sant Sernin de Toulouse antes de que Alfonso el Batallador le nombrara obispo de Roda-Barbastro desde donde desarrolló una actividad pastoral intensa, sobre todo en lo que se refiere a la consagración de iglesias.

Fue confesor del rey de Aragón y mantuvo estrechas relaciones con los señores de Erill.

Sus viajes a Francia e Italia le pusieron en contacto con los mejores artistas del momento.

Los Erill, los señores feudales

Originarios de Erillcastell, sus posesiones se extendían por los valles de Boí, Barravés, Llevata y Sas.

Participan con Alfonso el Batallador en la reconquista de Barbastro (1101), Tudela, Daroca y Zaragoza (1118), y Calatayud (1120) y en el repoblamiento de nuevos dominios en las tierras de poniente (Alfarrás, Almenar, Fraga, etc..).

Son los promotores de buena parte de las iglesias de la Vall de Boí.