La ermita de Sant Quirc se sitúa en un marco privilegiado, en la montaña de Durro, a una altitud de 1.500 metros. Su emplazamiento no es aleatorio, sino que se trata de una marca territorial vinculada al espacio social trabajado por la comunidad y a la tradición de origen pagano de correr fallas.
Es un edificio del siglo XII, de dimensiones reducidas y con aportaciones barrocas.
En su interior apreciamos la convivencia armónica de diferentes momentos artísticos, con la copia del frontal de altar románico, la imagen de estilo gótico de San Quirc y Santa Julita y el retablo barroco.
La Ermita de San Quirc está situada en la montaña de Durro, a unos 1.500 metros de altitud.
No se conoce ningún documento original de la época que haga referencia a esta pequeña ermita construida en la montaña de Durro.
Las ermitas constituyen una marca territorial vinculada al espacio social trabajado por la comunidad. Su función era proteger los pastos de alta montaña y los bosques que se sitúan a su alrededor
El emplazamiento de la ermita de San Quirc de Durro coincide con el emplazamiento del "faro", que es el punto de partida de la bajada de las fallas.
La tradición de correr fallas es de origen pagano, marcaba el solsticio de verano y tenía la función de purificar los pastos y alejar los malos espíritus. Con la llegada del cristianismo esta tradición se adaptó al culto de los santos y éstos se convirtieron en los protectores del territorio.
Todos los pueblos del valle tenían su ermita: Sant Salvador de Barruera, Sant Cristófol de Erill la Vall, Sant Pere de Boí, San Quirc de Taüll. La ermita de San Quirc de Durro es la única que forma parte del conjunto declarado patrimonio mundial.
La ermita de San Quirc es de una sola nave cubierta por una bóveda de cañón ligeramente apuntada, añadida en algún momento posterior al románico, y con un ábside semicircular en el este. El acceso al templo se abre en la fachada sur con un sencillo arco de medio punto sin ornamentación. El campanario de espadaña, correspondiente a una etapa de construcción posterior, se alza en el muro oeste.
En la puerta de entrada, las dovelas del arco son de piedra calcárea, de ahí su singular color tostado. La tipología de sus muros y sillares se parecen mucho a los del porche de la iglesia de la Natividad de Durro.
En el ábside central hay la única ventana que permitía la entrada de luz en el templo.
En la cabecera, debajo de la cubierta, hay un pequeño ojo de buey.
El interior de la ermita de San Quirc de Durro ha transformado bastante a lo largo de los siglos: a la construcción original se añadió la bóveda de cañón, se revocaron y se pintaron los muros, se instaló el coro y el presbiterio se decoró con un retablo barroco. Presidiendo este retablo encontramos la imagen de estilo gótico de San Quirc y Santa Julita.
El frontal románico procedente de la ermita de San Quirc está conservado en el Museu Nacional d' Art de Catalunya, en el interior del edificio podemos ver una reproducción.
Este frontal, realizado en madera y pintado con la técnica del temple, está dedicado a los santos patrones de la ermita: San Quirc y Santa Julita , narra con mucha crudeza, el martirio que sufrieron.
Está compuesto por una escena central y cuatro registros laterales, todo ello se rodea por un marco ornamentado con motivos geométricos y vegetales. La composición simétrica se percibe tanto en las formas como en los colores, de los que toman especial protagonismo los rojos, verdes y ocres.
En el centro, está representada Santa Julita con su hijo San Quirc en el regazo, a semejanza de las figuras de la Virgen y el Niño. Ambos personajes son dentro de una mandorla donde hay inscritos sus nombres.
Los compartimentos laterales muestran varios episodios de los martirios, en algunas escenas cuesta discernir si el mártir es Santa Julita o San Quirc. Parece que toma más importancia la representación del martirio que la identificación del santo.
s.XII : Primer momento constructivo
s.XVII - s.XVIII : Se incorpora la bóveda de la nave y el campanario de espadaña
1996 : Restauración