Santa Maria de Taüll

La iglesia de Santa Maria se consagró el 11 de diciembre de 1123, un día después de Sant Climent de Taüll, hecho que muestra la importancia de los recursos que los señores de Erill destinan a la Vall de Boí a principios del siglo XII.

Situada en el centro del pueblo, es la única iglesia del valle que parece generar el asentamiento de la población a su alrededor.

La mayor parte del conjunto de pinturas murales románicas de su interior se arrancaron y trasladaron a Barcelona entre los años 1919 y 1923, como las del resto del valle. Actualmente, en la iglesia se pueden ver las reproducciones del ábside central y del muro sur.

El ábside central está presidido por la escena de la Epifanía, con el Niño Jesús sentado en la falda de la Virgen María y los Reyes Magos en actitud de ofrenda.

En el muro sur destaca la escena de los Reyes Magos adorando al Niño Jesús y visitando a Herodes.

Cronología

s.XI
Primer momento constructivo.

s. XII
Consagración de la iglesia.

s. XVIII
Reformas barrocas.

1919-1923
Primer arrancamiento de pinturas.

1960
Segundo arrancamiento de pinturas

1971
Últimos arrancamientos y restauración

2013
Instalación de la copia de las pinturas del muro sur.

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Historia

El 11 de diciembre de 1123 el obispo de Roda-Barbastro, Ramón Guillem, consagró la iglesia de Santa Maria de Taüll, justo un día después de consagrar la de Sant Climent.

El acta de consagración es el primer documento escrito donde encontramos citada la iglesia de Santa Maria.

Las formas de la arquitectura

La mayor parte del edificio corresponde al siglo XII, pero la base del campanario está construida de forma muy diferente al resto. Los sillares irregulares nos indican que se trata de los restos de una construcción anterior reaprovechada en el edificio del siglo XII.

Durante el siglo XVIII las nuevas necesidades litúrgicas y los nuevos gustos estéticos propician diversas transformaciones en la estructura del edificio. Se derruye el ábside sur y en su espacio se construye una sacristía. También se obra un cimborio en la cubierta de la nave central y en el interior se dividen las naves laterales en capillas. Las obras de restauración, llevadas a término en los años setenta, devuelven a la iglesia su aspecto original románico.

Es una iglesia de planta basilical de tres naves coronada con un ábside central y dos absidiolas laterales. Las naves se cubren con un envigado de madera a doble vertiente, cuyo peso reposa sobre unos grandes arcos denominados formeros. Estos descansan sobre pilares de forma cilíndrica, los cuales dividen el espacio interior en las tres naves. El paso por la nave derecha queda interrumpido por la presencia del campanario, que se incorpora al interior de la iglesia.

La puerta principal se encuentra en el muro oeste, pero en la fachada sur se abre otra, al lado de la torre del campanario. Las dos son de arco de medio punto.

Un vistazo al exterior

Aún hoy se conservan restos pictóricos que decoraban todo el campanario, como los que se ven en los pisos superiores. Predominaban los motivos geométricos rojos combinados con el blanco del revoque.

En los ábsides encontramos la decoración lombarda formada por arcos ciegos, lesenas y friso de diente de sierra. A excepción de las otras iglesias, encontramos un elemento decorativo único en todo el valle que se encuentra bajo el conjunto de arquillos ciegos: son los círculos concéntricos, denominados círculos refundidos.

Un vistazo al interior

Del interior de la iglesia de Santa Maria de Taüll destacan las pinturas murales del ábside, reproducciones de los originales, que actualmente se encuentran en el Museu Nacional d’Art de Catalunya.

En la reproducción del ábside central podemos ver, como es habitual, que la composición de las pinturas se divide en tres registros: en la parte más elevada vemos la escena de la Epifanía, en la parte intermedia encontramos representados los apóstoles y en la parte inferior vemos medallones circulares con animales reales y fantásticos con un friso de pinturas que reproducen cortinajes en la parte más baja del ábside.

La escena de la Epifanía representa a la Virgen María sentada en un trono, y su hijo en el regazo, rodeados por una mandorla. Jesús, que viste una túnica y manto rojo, lleva un rollo en la mano izquierda y levanta la derecha en señal de bendición. La representación de la Virgen María tiene una clara influencia bizantina presentada como trono de la sabiduría. A su alrededor, los Reyes Magos se acercan para presentar las ofrendas. Aparecen, según la tradición, representando las tres edades de la vida del hombre: Melchor de viejo, Baltasar de mediana edad y Gaspar de joven.

A cada lado de la ventana, encontramos seis apóstoles de los cuales se pueden identificar, bajo el conjunto de arcadas, San Andrés, San Pedro, San Pablo y San Juan Evangelista.

El resto de los muros de la iglesia estaban decorados con pinturas al fresco, de una calidad diferente a las del ábside central, pintadas por otro maestro, denominado maestro del Juicio Final, por el tema de las pinturas que pintó en el muro occidental (de las que no tenemos reproducción en la iglesia).

De este segundo maestro sí que se reprodujeron en papel gel las pinturas del muro sur, entre la cabecera y el campanario, donde identifican la representación de diferentes escenas del Antiguo y el Nuevo Testamento.

En el registro intermedio las escenas se leen de derecha a izquierda, podemos ver: la anunciación a Zacarías mientras oficiaba en el templo, la Nominación de Juan Bautista, María con el niño recibiendo la adoración de los Reyes Magos, que al mismo tiempo también forman parte de la escena en la que visitan a Herodes.

De las escenas del registro superior solo se conservó la mitad inferior y, por tanto, es más difícil de interpretar los episodios representados. Algunos historiadores identifican la escena de la caridad de San Martín con el personaje que corta su capa para dársela a otro y en la escena tocando al campanario unos ángeles armados con el arcángel Miguel combatiendo el dragón.

En la parte inferior volvemos a encontrar un cortinaje pintado.

Las tres pilas románicas y el retablo barroco

En el interior de la iglesia se conservan las tres pilas románicas: en la entrada la pila del agua bendita, al lado del campanario tenemos la pilca bautismal, y la pila más grande que servía para guardar el aceite. El aceite se utilizaba en las lámparas para iluminar la iglesia.

A los pies de la nave se conserva el retablo barroco original que presidía el ábside principal durante el siglo XVIII hasta el XX, ocultando las pinturas románicas.

En la parte superior encontramos representado al arcángel San Miquel con San Pablo a la izquierda y San Pedro a la derecha. En la parte inferior vemos a la Virgen Inmaculada, con San Juan Evangelista a la izquierda y Sant Isidro a la derecha.

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