Nativitat de Durro

La monumentalidad de la iglesia de la Nativitat da testimonio de la importancia del pueblo de Durro en la Edad Media. Destacan las grandes proporciones de la nave, el campanario, la portada esculpida y el pórtico.

Entre los siglos XVI y XVIII, el templo románico fue remodelado en diversas ocasiones. Estas transformaciones aportaron al templo nuevos espacios como las dos capillas góticas o la sacristía barroca.

En el interior de la iglesia se expone la imagen románica de Nicodemo, que originalmente formaba parte de un conjunto del Descendimiento de la Cruz.

Cronología

s.XII
Primer momento constructivo.

s.XVI-s.XVII
Se abren dos capillas en el muro lateral norte.

s.XVIII
Reformas en la cabecera y el porche.

1983
Restauración de cubiertas eliminando capillas.

1993
Restauración del campanario.

2000-2002
Última restauración.

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Historia

El emplazamiento del pueblo de Durro, rodeado de prados, pastos de alta montaña y bosques, propició que durante la Edad Media Durro fuese uno de los pueblos más grandes de la Vall de Boí, con un cierto poder económico.

Esta preeminencia económica se hace evidente cuando vemos la iglesia de la Nativitat, una de las más grandes de la Vall de Boí.

La riqueza de alguno de los retablos barrocos que se conservan en el interior, como el retablo mayor, nos muestra que en tiempos posteriores Durro aún se podía permitir encargar piezas de estas características.

El pueblo de Durro aparece documentado por primera vez en la segunda mitad del siglo XI en unos pactos feudales entre los condes del Pallars. En uno de ellos se da constancia de la pertenencia de la villa de Durro al conde Ramon IV de Pallars Jussà y de cómo alrededor del año 1070 los hombres de Durro le juraron fidelidad.

El año 1140 la iglesia de la Nativitat pasó a formar parte de los dominios de la diócesis de Urgel, como sucedió con la mayoría de las iglesias del valle.

Las formas de la arquitectura

La arquitectura de la iglesia actual es fruto de diferentes períodos constructivos que van desde el siglo XII hasta el siglo XX.

Durante el siglo XII la construcción inicial es la de una iglesia de una única nave, a la cual se añade posteriormente un amplio pórtico a la fachada sur. Más adelante se remodela la iglesia y se le da forma de planta de cruz, abriendo un transepto encabezado por el ábside principal y dos absidiolas laterales. Finalmente, todavía, dentro de este período, se modifica el espacio de la absidiola norte para ubicar el campanario.

Es entre los siglos XVI y XVIII que se añaden las capillas laterales. Primero las dos capillas góticas del muro norte, cubiertas con bóvedas de arista. Más adelante el brazo sur del transepto se modifica para convertirlo en una capilla lateral cubierta con cúpula y linterna, tal y como podemos ver ahora.

Durante el Barroco aún se construye una cuarta capilla lateral que se abría a la nave también en la fachada sur. Este espacio no ha llegado hasta nuestros días, ya que se derribó en las primeras intervenciones que tuvo la iglesia durante el siglo XX, seguramente porque ocupaba una parte del espacio del pórtico. En el interior de la iglesia aún se conserva la arcada que le daba paso.

La última gran transformación que tuvo la iglesia al final de este período fue la eliminación de la cabecera románica para construir en su espacio una gran sacristía.

Un vistazo al exterior

La iglesia de la Nativitat de Durro tiene características arquitectónicas diferentes a las que vemos en la mayoría de las iglesias del valle: la monumentalidad, los grandes sillares con los que se construye la nave, los elementos decorativos que recorren las fachadas y la portada decorada. Solo en la Assumpció de Cóll encontramos características similares.

Protegida por un pórtico románico que se extiende de punta a punta de la fachada, la portada, con tres arcos de medio punto en gradación, está decorada con dos arquivoltas sostenidas por cuatro columnas con capiteles decorados. Un friso con motivos de ajedrezado enmarca todo el conjunto y, encima el crismón, situado en la parte superior de la portada, dentro de un círculo, se representa el monograma de Cristo, formado por las letras X, P y S (tres letras extraídas del nombre de Cristo en griego). Colgando de las aspas de la X, se añaden alfa y omega: Cristo como principio y fin de todas las cosas. El círculo está inscrito dentro de un cuadrado y en los ángulos se representan cuatro figuras animales.

Los capiteles

Los capiteles están ornados con relieves de motivos vegetales y zoomórficos (en forma de animales) que nos recuerdan el mismo modelo utilizado en la iglesia de la Assumpció de Cóll.

Nativitat de Durro es de las pocas iglesias del valle que tiene las fachadas decoradas: la parte superior de los muros presenta un friso de arquillos ciegos que recorre la longitud de la nave, y encima encontramos otra cenefa formando pequeños cuadrados a semejanza de un tablero de ajedrez.

El campanario

En la fachada norte se sitúa la torre campanario. Es de base cuadrada y tiene cinco niveles de altura. Esta torre ha sufrido algunas modificaciones a lo largo del tiempo: el piso superior, de menor altura, fue descabezado, las ventanas de los dos pisos inferiores fueron emparedadas y las ventanas románicas de los dos pisos superiores fueron substituidas por ventanas góticas, con arco apuntado.

En el campanario volvemos a encontrar los elementos ornamentales del arte lombardo: los arquillos ciegos y los frisos de diente de sierra

Cerrojo de forja medieval

Como en otras iglesias del valle, en la puerta de acceso a la iglesia encontramos un cerrojo de forja medieval. En este caso hay que fijarse en la plancha que refuerza la cerradura, que está decorada con cenefas de motivos geométricos de los que sobresalen cuatro estructuras que nos recuerdan la silueta de los castillos medievales. En el centro, una figura humana muy esquemática señala una de las torres que encontramos rodeando la cerradura. Un elemento vegetal y dos animales cuadrúpedos que nos recuerdan caballos completan la escena.

Este conjunto de figuras incisas recuerda a una escena de caballería medieval.

El pasador del cerrojo está decorado con motivos geométricos y coronado en el extremo derecho con una cabeza de animal.

Un vistazo al interior

Los cambios en la liturgia y la evolución de los gustos estéticos han provocado que la iglesia se haya adaptado a las necesidades y a los estilos de las diferentes épocas, tanto a partir de la arquitectura como en la decoración. Así, podemos ver como la cubierta de la nave central es de bóveda de cañón, mientras que las capillas laterales están cubiertas por bóvedas de crucería.

De la cabecera original solo queda una parte de la absidiola, situada en el brazo sur del transepto.

A lo largo de los siglos, la continuidad del culto en la iglesia de Durro ha ido reuniendo en su interior una colección de bienes que ahora podemos percibir como artísticos, pero que desde su creación hasta la actualidad han cumplido una función religiosa y devocional que ha pasado por encima de modas y estilos, y que hace convivir con armonía espacios y objetos creados en épocas muy diversas.

Talla románica del Descendimiento de la Cruz

A los pies de la nave se sitúa el coro, allí se conserva la pieza más singular de la iglesia: la talla de madera de Nicodemo, una de las imágenes que formaban parte del Descendimiento de la Cruz de Durro. Fue elaborado por los artesanos del taller de Erill, a finales del siglo XII o principios del XIII, y el conjunto escultórico estaría situado probablemente en la zona del presbiterio.

Conocemos únicamente tres tallas de las siete que formaban parte del conjunto escultórico del Descendimiento de Durro, que imaginamos muy parecido al Descendimiento de Erill la Vall

Nicodemo (conservado en el coro de la iglesia): es una talla de madera que se conserva fragmentariamente. Nicodemo es el personaje encargado de desclavar a Cristo de la cruz con unas tenazas que no se han conservado. La imagen conserva restos de policromía.

La talla de Nicodemo quedó oculta, emparedada, detrás del retablo barroco de la pasión, del siglo XVIII; no se conoció su existencia hasta el año 2001, cuando fue encontrado al desmontar el retablo barroco.

La Virgen (conservada en el Museu Nacional d’Art de Catalunya): es una talla de madera de tilo, de la que se ha conservado prácticamente todo el cuerpo, excepto las manos y el brazo izquierdo. Originalmente, estaría tota pintada; aún hoy se pueden ver restos de policromía en la parte inferior de la túnica.

Cristo: esta pieza, actualmente desaparecida, la conocemos gracias a una fotografía de principios del siglo XX, que muestra un muy buen estado de conservación. El Cristo románico presidió, entre el siglo XVIII y el año 1936, el retablo barroco de la pasión (que podemos ver en una de las capillas de la iglesia). Durante la guerra civil española la imagen desapareció.

Banco del siglo XII y XVI

También en el coro de la iglesia se expone un banco renacentista de madera que tiene dos elementos muy especiales, se trata de los dos plafones de la izquierda del respaldo. Estas dos tablas, hechas de madera de pino, son de época románica y en origen formaban parte de otro mueble, un banco románico. Los dos plafones están ornamentados con motivos geométricos y vegetales, el elemento floral que vemos en la parte baja del plafón izquierdo, encaja con el motivo de la parte superior del segundo plafón, cosa que hace pensar que en origen eran una misma tabla.

El tipo de madera, la decoración, la técnica de trabajo utilizada y la dimensión de las dos tablas juntas hace pensar que eran el lateral de un banco románico como el que se encontró en Sant Climent de Taüll.

La pila románica

En la entrada se conserva la pila bautismal original románica. La estructura de madera que hay encima se puso en el siglo XVIII para proteger el agua. Hacía también la función de armario para guardar los elementos litúrgicos.

Otros bienes muebles: los retablos

El resto de bienes muebles conservados en la iglesia son posteriores a la época románica.

Retablo del Rosario, 1621, dedicado a la Virgen con escenas de su vida en la predela: Anunciación, Virgen dando el Rosario a Santo Domingo y la Visitación.

Retablo del Santo Cristo, 1732, dedicado a la Pasión El Cristo en la Cruz actual fue realizado por el escultor Josep Viladomat en los años 60, y fue un regalo de los consellers andorranos al obispo Ramon, hijo de Durro, que donó a la iglesia para completar el retablo de la pasión.

Retablo de San Antonio, siglo XVIII, en la parte superior vemos representado San Antonio Abad y en la parte inferior San Antonio de Padua.

Retablo mayor, 1755 es el último retablo que se hace para la iglesia. En la parte inferior encontramos las 4 vírgenes mártires con sus atributos: Santa Ágata, Santa Bárbara, Santa Lucia y posiblemente Santa Engracia. Durante la guerra civil el retablo sufre daños, así que las figuras actuales son modernas. Representan el doble sagrado corazón, María y el Niño Jesús, a la izquierda San José y a la derecha San Joaquín y María niña.

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